Las lesiones son un riesgo común en el baile y pueden tener graves consecuencias para la carrera de un bailarín o bailarina, ya que podrían impedirle bailar durante un largo período de tiempo. Además, algunas disciplinas requieren un nivel físico de exigencia superior al de muchos deportes, lo que quiere decir que hay que tener especial cuidado para evitar lesiones durante el baile.

Las áreas del cuerpo más susceptibles a sufrir daños son los tobillos, las rodillas, la cadera y la espalda. También son frecuentes las lesiones musculares que pueden prolongarse en el tiempo y resultar incapacitantes.

¿Cómo podemos prevenir todo esto? Siguiendo las pautas que te explicamos a continuación.

Desarrollar Conciencia Corporal

Ser consciente de tu propio cuerpo es fundamental. Aunque parezca obvio, muchos bailarines no desarrollan esta conciencia y no están atentos a las señales que su cuerpo les envía. Al adoptar nuevos movimientos y rutinas de entrenamiento, es normal experimentar ciertas molestias musculares. Sin embargo, es esencial aprender a distinguir entre las molestias habituales relacionadas con el esfuerzo físico y las que podrían indicar un problema más grave en desarrollo.

Conocer tus Limitaciones para Evitar Lesiones

Muchas disciplinas requieren esfuerzos físicos significativos, a menudo desafiando los límites naturales del cuerpo. Esto es normal en la danza, pero lo importante es que cada individuo sea consciente de cuáles son sus límites personales. No se trata de evitar superar esos límites, sino de hacerlo de manera gradual y responsable. Aprender nuevos movimientos es enriquecedor, pero hacerlo sin considerar tus límites personales puede resultar en lesiones graves que te impidan continuar bailando.

Calentamiento y Estiramiento

Calentar y estirar son prácticas esenciales en la danza y en cualquier ejercicio físico. El calentamiento prepara los músculos y las articulaciones para el ejercicio, lo que disminuye las posibilidades de sufrir lesiones, como distensiones musculares o torceduras.

También sirve para aumentar el flujo sanguíneo hacia los músculos, lo que proporciona a las células musculares un mayor suministro de oxígeno y nutrientes, algo muy necesario en momentos de alta demanda física. Por otra parte, el estiramiento ayuda a mejorar la elasticidad de las fibras musculares y mejora el rendimiento durante la práctica de la danza.

Fortalecimiento Muscular

Contar con una musculatura fuerte también es una buena forma de evitar lesiones en las clases de danza. En todos los estilos de baile, los músculos de gran envergadura, como los pectorales, omóplatos, glúteos, cuádriceps y gemelos, experimentan una gran carga de trabajo, así que lo mejor es combinar el baile con trabajos de musculación, usando máquinas o bandas de resistencia para ejercitar el cuerpo y tener la mejor preparación física para poder bailar mejor y con menos riesgos.

Revisión de tus Movimientos

Para prevenir lesiones mientras bailas, puedes realizar grabaciones de tus actuaciones para revisarlas después. Esto te ayudará a perfeccionar tu técnica, y también a identificar y corregir malas posturas, desequilibrios en la carga y posiciones incorrectas en coreografías, saltos o caídas.

Hidratación y Nutrición

La hidratación es esencial para un buen rendimiento. La deshidratación puede llevar a una disminución en la oxigenación de las células musculares, lo que aumenta el riesgo de lesiones. También la nutrición desempeña un papel fundamental en la prevención de lesiones. Los bailarines requieren un aporte grande de energía y deben consumir cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas, minerales y grasas saludables.

Siguiendo estos consejos conseguirás darlo todo en clase de baile y evitar lesiones.

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